Contaré una historia feliz con un triste final.
Una historia donde en tan solo un día puede ser el más feliz y el más horroroso,
Pasó un 22 de junio... bajo una fría mañana, alguien muy pequeño pero enorme a la vez golpeo a la puerta
Quiso entrar... y así como también se quiso ir, quizás se sintió horrorizado al traspasar aquella puerta, pero se fue.
No importa el por qué, ni cómo, pero se fue y nunca más volvió.
Y a veces no se entiende por qué pasan estas cosas, solo pasan y así te marcan.... y para siempre...
Esta historia tiene un solo protagonista...
Y siempre los buenos mueren...
Pero ¿qué pasa cuando ya no están? ¿a donde van? y no quiero oír que al paraíso.... por que no creo que si existe un dios se lleve a lo mas importante que puede tener alguien en su vida, que se lleve a alguien tan insignificante, no creo que quiera destruir tantos corazones.
Son esas cosas que no se explican, que solo pasan, y que se sienten, que duelen.
Efe tenia mucha fuerza, demasiada, no era apto para estar acá. Entre los mortales, entre gente con caretas, entre falsos ropajes, y gente sin sangre.
Pero Efe hoy ilumina alguna que otra vida que recuerde sus grandes ojos como zafiros.